Según la literatura de las montañas estas siempre han atraído al ser humano: por su grandeza, belleza, altura, etc. Nos relacionamos con ellas de distintas maneras: contemplándolas de lejos o subiéndolas, y desde allí, admirando los paisajes majestuosos. Desde antiguo han sido motivo de inspiración y relación con algún ser divino.
Para muchos subir una montaña ha sido un reto, llegar a las cumbres más altas, una meta para otros; es lugar de tranquilidad, purificación, retiro, silencio, etc, etc.
Tanto atraen que viajamos a otros países y hasta la vida arriesgamos para conquistarlas. Muchos montañistas han perdido la vida en los intentos; solo echar una mirada a las estadísticas en los Himalayas. Y lo mucho que cuesta en permisos, equipo, guías, etc, etc. Diríamos que para algunos, su atractivo es tal que ciega su razón.
Seguramente a muchos de ustedes le atraen también por esas y muchas otras razones.
En Puerto Rico tenemos montañas; no de grandes alturas pero suficiente para un 100 x 35; la más alta 4,415′, Cerro de Punta, Jayuya. Es de fácil acceso por que al haber antenas en su tope, hay una carretera pequeña. Se recomienda dejar el vehículo en la Carr #143, la panorámica. Dependiendo de la condición física tarda de unos 20 a 40 minutos. De allí contemplas tanto el Mar Caribe como el Océano Atlántico y muchas otras de las montañas más altas de PR. Para nuestra sorpresa, son pocos los que la han subido. Te la recomiendo. Si la subes, tal vez te interesas por subir otras.